
Agricultura de conservación
La agricultura de conservación es un sistema sostenible que mejora la salud del suelo y el uso del agua, basado en mantener el suelo cubierto, reducir la labranza y diversificar cultivos. Estos principios fortalecen la biodiversidad, evitan la degradación del suelo y favorecen una gestión más eficiente del agua, lo que aumenta la resiliencia ante el cambio climático.
La agricultura de conservación es un sistema agrícola sostenible que protege y mejora la salud del suelo mientras optimiza el uso de recursos naturales como el agua. Se basa en tres principios: mantener el suelo cubierto, reducir la labranza y diversificar los cultivos. Estos métodos mejoran la estructura del suelo, promueven la biodiversidad y previenen su degradación.
Uno de sus principales beneficios es la eficiente gestión del agua. La cobertura del suelo y la labranza mínima permiten una mayor infiltración y retención de humedad, reducen la escorrentía y disminuyen la evaporación. Esto es clave en zonas con lluvias irregulares, ya que se conserva mejor el agua disponible y se reduce la necesidad de riego, aumentando la resiliencia frente al cambio climático.
Eficiencia en el uso de agua
Eje temático:
Sur
Región:
1200 - 2000
Precipitación (mm):
Baja
Dificultad de aplicación:
1, 2, 6, 12, 13 y 15
ODS impactados:
Gravedad
Energía utilizada:
50 - 70
Eficiencia (%):
Rural
Sector:
Reducción de la erosión del suelo, mejora de la calidad del agua, aumento de la biodiversidad del suelo, captura de carbono, menor consumo de energía y combustibles, mejora de la eficiencia hídrica.
Impacto ambiental esperado:
$70 – $200 /ha/año
Valor estimado: